"ElBulli convertido en un laboratorio de ideas"
A tres Velocidades. Ferran Adriá se ha convertido en una leyenda viva de los fogones. Pero en vez de seguir acumulando galardones y alimentando su propio mito, ha anunciado en 2010
su decisión de convertir su restaurante, ElBulli, en un auténtico laboratorio de ideas.
su decisión de convertir su restaurante, ElBulli, en un auténtico laboratorio de ideas.
Todo aquel que tenga la oportunidad de visitar este restaurante y tratar con su creador descubrirá en sólo unos minutos porqué se le dice que posee tres velocidades. La primera de ellas está en su cerebro, incapaz de ser alcanzada por cualquier mortal que pretenda estar a la altura, se trata sola y exclusivamente de su gran creatividad. Y es que Ferran Adriá ya era el número uno en el mundo de la cocina hace veinte años, pero nadie lo sabía, tal vez ni siquiera él mismo. Todo estaba en su cabeza, todo, pero no era capaz de expresarlo con el lenguaje, su segunda velocidad. Ni tampoco con los hechos, la tercera. Es por este motivo por el que ElBulli tardó muchos años en ser lo que es. Las ideas geniales de Ferran tuvieron que esperar a que las palabras, su capacidad para explicarlas, y los hechos, que no son otra cosa que su propia capacidad para realizarlas, llegaran a la meta. Ha sido desde ese mismo momento cuando los trabajadores de dicho restaurante han comenzado a trabajar a una velocidad vertiginosa, debiendo recoger todo lo que el cerebro del jefe va dejando por el camino y, algún día, algún año, convertirlo en realidad.
El hecho más relevante y el responsable de haber convertido ElBulli en un laboratorio de investigación es que el cerebro de Adriá se encuentra viajando varios años por delante del nuestro, y es por este motivo por el que ha decidido crear su propio laboratorio de ideas. Mientras esto ocurre, el resto de los mortales nunca habría imaginado que este hombre fuera capaz de lanzarse al futuro, en vez de seguir acumulando galardones, mimando su restaurante y fomentando cada vez más su propio mito.
Fuente: El País semanal nº 1787 domingo 26 de diciembre de 2010